miércoles, 26 de septiembre de 2007

Los poetas del silencio




Siempre he disfrutado ver llorar a un niño cuando ve a un mimo o un payaso. El lunes lo recordé y me causó mucha gracia. Después de saber que Marcel Marceau había muerto a sus 84 años, dejando para siempre sus pillerías´, recordé muchas cosas que siempre me han gustado de los cómicos, los mimos y los payasos. En la danza, apenas pude comprender la infinita posibilidad de movimiento del cuerpo humano; pero siempre buscando una forma estética, muchas veces la danza carece de humor para llenarse de sobriedad y pesadez; por eso siempre admire a los mimos. Ellos, sin importar lo grotesco y molesto que resultan sus movimientos a los espectadores, logran hacer lo que nadie se atreve: poner el mundo a sus pies y seducir a cualquiera hasta el punto de la risa.

Hace poco tuve una charla con el famoso Mimo de Coyoacán, al cual ya todos miramos con desdén e incluso con cara de hueva, decimos que estúpido pero él, siempre ahí, los domingos en las tardes sorprende a muchos y hace llorar a otros tantos. No dudo que muchos de esos niños que lloraban y ahora son adultos sigan padeciendo cuando se encuentran con él (me imagino que siendo él se divertira con las histerias de la gente). Así , como no escuché el consejo de Marcel Marceau a tiempo de nunca hacer hablar a un mimo porque nunca se detendrá, el Mimo de Coyoacán converso largas horas al calor de las chelas en el barecito de moda, Novos, y resulto que el hombre tiene aún en su faceta de bohemia muchos movimientos fascinantes que enseñar pero también tiene una linda visión de la vida y una ganas impresionantes de continuar en las calles rolando. Asi, uno de los más viejos mimos de México, de vez en cuando anda paseando con su guerrera por las calles de Coyoacán y sorprende a todos por su muy sencilla y desesperada plática.

Y nada, esperando que siempre haya gente maravillosa como Marcel Marceau, el mimo de Coyoacán y mi gran amigo Luka, el payaso, que aún no dejan de lado esa faceta mágica de la locura que ya casi todos han perdido, porque en su mundo yo me siento una ingenua. Ahi les va una foto pa que se asusten!
Bren

viernes, 21 de septiembre de 2007

Suspiros del corazón


Un viernes no hace mucho salí a dar la vuelta por ahí. Para no variar, una de las primeras paradas que hice fue en la universidad, en el centro cultural, con la finalidad de checar si había alguna buena opción, que es casi seguro que siempre la hay, ya sea en el cine, teatro o algun evento musical o performance al aire libre. En esa ocasión y después de revisar la cartelera, decidí que la tarde se la dedicaría a ver una película argentina llamada Suspiros del Corazón. Si bien la sinopsis no se me hizo de lo más atractiva, tengo ya una cierta fijación con la ciudad de Buenos Aires que me hace buscar la más mínima posibilidad de ver algo de ella, ya sea en la tele, en el cine o incluso imaginarmela a través de la lectura. El resultado no pudo ser mejor. La película es buenisisísima, tiene la formula perfecta: personajes bien definidos, satira política latinoamericana y una historia de amor muy bien contada que triunfa contra todo, incluso, contra el capitalismo. Salí del cine feliz, la verdad es que como espectador no puedo pedir más en dos horas de estar sentado en un sillón.


El día continuó con una parada en los mejores tacos de la ciudad de México, los Copacabana, en Dr. Vertiz. Tengo que confesar que aún con todo mi amor por el sur de la ciudad, los de Coapa no se les acercan ni tantito. Pedí mi tradicional costilla con verdurita aparte, y para mi sorpresa, después de enguir la primera mordida de mi taco, en la mesa de junto se sento ni más ni menos que Edgar Vivar, actor mejor conocido por sus personajes en Chespirito como el Botija, Ñoño y el Sr. Barriga. ¡Que tipo tan gordo! su presencia me impidió pedir una segunda orden y me hizo reir discretamente pensando en todos los gorditos de escuela que constantemente son ofendidos gracias a la fama de este icono histriónico.


Con la barriga llena, ergo el corazón contento, tocaba el turno a la fiesta de cumple de mi amiga Lolis. Empezaba la acción cuando mi compa el Caniggia se me acercó discretamente mientras platicaba en el balcón, para decirme en voz baja: Cani, ven un momentito. Sin dilación hice caso a su solicitud y nos dirigimos al interior del departamento. En el camino me comentó: Ya nos vamos a casar la Lolis y yo. Guauuuuuuuu. Llegamos a un cuarto y ahi ya se encontraban reunidos los demás amigos de la pareja, en donde se hizo el anuncio oficial. A partir de ese momento, lo que había empezado en una fiesta de cumpleaños, comenzó a evolucionar en un culto a la felicidad, se repartieron abrazos, palabras de aliento y sonrisas por todos lados. El ambiente se hizo uno junto con los tragos y la música y no paso mucho para que todo el hall se convirtiera en una pista de baile en donde lo mejor de los Cadillacs, Los Autenticos Decadentes y los tacubos y hasta Demoler de unos chicos peruanos, hicieron saltar y cantar a todo pulmon a la concurrencia, incluso por algunos momentos se armó la impresionante viborita. Tanto brincamos esa noche, que hasta la Bren andaba dejando las rodillas.


No recuerdo si la noche habrá terminado a las 3, 4 o 5 de la mañana, solo se que de esos viernes siempre quiero muchos, y más, si como en este, vienen suspiros del corazón incluidos.



Brandon W.

domingo, 16 de septiembre de 2007

ESTA ES PA´L HI5


Así comenzó el día patrio. Aún sin mucha inspiración, el día 15 Slim me dio la buena noticia de que la central de la linea de internet volvia a funcionar, así que sorprendida, descubrí que en el día que menos imaginaba que iban a trabajar los telefonistas lo hicieron para componer algo que llevaba 10 días fuera de uso , por fin internet en casa: ahora si van unas lineas que les debia.
Y nada, que como estuve felizmente disfrutando del internet se me estaban olvidando las fiestas patrias. A las 900 comienzan las llamadas desesperadas y alegres de los amigos que ya partían, unos para la Condesa, otros para Coyo, unos más a Tlalpan, yo al final me quedé en Xochi.
Y la verdad es que fue un buen plan. En vez de cruzar la ciudad entera y estar sentada horas en un coche, emprendí con la family una caminata al centro de Xochimilco donde se daba el grito. Cuando llegamos, ya habia tanta gente que apenas si nos pudimos colar para ver el estrado donde cantaban los mariachis. La sorpresa dela noche fue cuando al dar el grito toda la gente con sus sprays super contaminadores llenaron la plaza y la cabeza de todos de una espuma, todo blanco, se veia magnifico. E inmediatamente después comenzaron los fuegos pirotécnicos, lindisimos parecía que el cielo se pintaba de gala, y así todos reían yseguían jugando con la espuma.
Minutos después comenzaba desde la tierra alacranera, el pasito duranguense y a bailar. Nunca había visto como se bailaba este ritmo tan famoso, cachandólo y ensayando, ahora estoy lista pa cuando cualquiera de ustedes me invite a una fiesta de pasito duranguense! Ahh y por último, es que está foto la prometí pal Hi5 y pal Blog, por eso de que las deudas se pagan, ahí va.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Dedicado a

En esta ocasión solo quiero escribir :

MALDITO SLIM

Bren.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Yo vi un sueter...




La salida fue rápida. Un jueves por la noche tomé el primer autobús en Observatorio. El destino: Morelia. El deseo: salir de ciudad capital. Fue un viaje único, la primera vez que un camión me lleva con sólo cuatro acompañantes más, y la verdad es que quien quiere viajar a las 1200 de la noche por cuatro horas. En fin. llegar a Morelia a las 300 no fue lo más agradable, pero despertar allá con los desayunos de antología de mi abuela si fue lo mejor. Apenas abrí los ojos y empezo el deleite de los olores, y es que quien no se acuerda de los tiernos olores que emana la cocina de la abuela. En fin, en la noche fui a la fiesta de la prima quien se casaba con un chico de Apatzingán, en una boda fast-track (quien sabe por qué), la pequeña de 22 se desposó. En la boda vi a todos aquellos rostros que siempre me resultan curiosos porque aunque la tia abuela tenga 87 años, tiene algo que se parece a mí, y a aunque la prima esté gordita su sonrisa se asemeja a la mía. Así pasé de la boda a la fiesta de la tía, el sábado, la familia toda engalanada se reunía pa sacarle brillo a la pista.. Entre mole, mezcal y cervezas los Avila sacaron sus mejores talentos en el arte del habla, la bebida y el buen comer. Así, cada uno se reconocía entre los otros.Llegaba la hora del zapateado, y las jóvenes dejabamos la pista a las más viejas pa que lucieran su mejor paso, y nada, que aquí está una foto de lo que por San Juan Huétamo se baila.

Al final, la tía abuela presurosa, olvido su sueter. Yo lo ví al despedirme de todos, pero entre la desidia y la incertidumbre no pregunte de quien era. Unos momentos después, la tia abuela lloraba por su sueter, yo no confesé, solo a Brandon que contesto : Yo también lo ví.

Y otra cosa que me queda por confesar es que ahora pienso que de San Juan Huetamo solo me quedan acumulados miles de gestos y expresiones, rasgos y la mezcalina conservada y añejada por generaciones.

Brenda