lunes, 19 de noviembre de 2007

El albergue español




El pasado domingo tuve la llamada desesperación de la tele. Después de varios meses de no poder ver la tele por horas y horas en mi sillón, decidí que el domingo era el día perfecto empezando con Chabelo para despúés ver caricaturas y después películas, y talk shows y novelas y todo lo que se me antojara, pero cual fue mi sorpresa que a las tres horas de iniciar mi empresa ya daba vueltas y vueltas al control y no aparecía nada en la televisión; nada absolutamente que me gustara. Así que sin rechistar, decidí regresar a la técnica del DVD que nunca falla y pedí a Brandon que fuera por una movie, en ese momento se me ocurrió pedir y no se porque "El albergue español". Cuando llego la película, yo ya había abadonado la misión de la tele y me había enamorado ya de un libro, así que ese día no la vi.

Pasaron varios días hasta que en ultimatum de entrega postfechada tuve que ver la película cai obligada por no perder mi inversión en el Block. Así, al iniciar la película no comprendí porque muchos de mis amigos de Francia y México y yo, la adorabamos recién estrenada y a su secuela, Les pouppes rousses. Maldición, pensaba, que adolescente es uno a los 20 años, y la seguía viendo y pensaba en que falsas ilusiones tiene uno a la hora de viajar y conocer las maravillas de Barcelona, de París, así seguí la tarde, y no comprendí en que radicaba mi placer de antaño por esa película.


Pasaron todas las escenas y la película termino por desencantarme. Casi a punto de convertirme en una antifan; hubo una escena que lo salvo y era precisamente el final, cuando el chico regresa después de sus estudios en Barcelona a trabajar en una empresa de comercio internacional muy chic y trendy pero nada, al recibir la primera orden del jefe y ver su oficina lugubre, el chico sale corriendo tan rápido y tan feliz, que ahí recordé lo lindo que es escaparse siempre del mundo real. Así que a eso lo bauticé el fenómeno del Albergue Español. Siempre es bueno renunciar a los oficios! Nada como el oficio de bloggero facebookero mochilero!



Ahhh y ya por último, de las frases esas que comentaba Brandon que un dia aparecen en el aula y no desaparecen hasta que concluyen los ciclos escolares que no siempre son pequeños, yo he identificado una palabra que se hace mundial en salón y es: me hace ruido tal, me hace ruido. ¿Cómo, cómo se le puede hacer a alguien ruido? No entiendo el sentido. No entiendo esa fookin expresión que se usa diario en la antropología y cada vez que la escucho mi piel se enchina como símbolo de completo de rechazo de expresión tan fuera de contexto. Diagggg se me enchino de nuevo la piel!


Ahora si, CIAO

BREN

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