domingo, 12 de agosto de 2007

Se acerca el chocolatero

Rua das Pedras es la calle que define a Lençois. En esta pequeña empedrada colina arriba se encuentran los mejores restaurantes y bares del pueblo, además de las tienditas y farmacias que abren hasta tarde y otros comercios que solamente he visto aqui, como venta de diamantes y una escuela de aventurismo. Es una calle que no te esperas en un pueblo que parece inusualmente tranquilo. Atreyu se sienta todas las tardes en la banqueta poniente a unos cuantos metros del Jamiro, un bar de larga historia que empezo en el Morro de Sao Paulo como el primer bar de musica electronica del lugar en los años noventa y que se fue moviendo hasta llegar a donde se encuentra hoy.

Despues de conducir por mas de siete horas llegamos a Lençois una noche de invierno. Recorrer el pueblo de punta a punta no nos tomó mas de cinco minutos. Escogimos un buen hospedaje por una modica cantidad y salimos a buscarnos el viaje. Lo primero que encontramos fue una refaccionaria para reponer el hambre del camino. Devoramos un par de picanhas y nos acercamos al puesto de información mas cercano para pedir unos mapas con el fin de consultar la ruta que habriamos de visitar en los dias siguientes. Una vez que contabamos con la información, decidimos parar en algun bar para tomar un chopp de cerveza y trazar el itinerario. El destino nos llevo al Jamiro y el destino tambien nos puso enfrente al Maxi.

Maxi es un tipo de unos treinta años, moreno, con marcado acento argentino y una excelente actitud con la gente. Ademas es dueño del lugar junto con su esposa la Laura. Intercambiamos algunas palabras, comentarios y bebimos algunas cervezas. Despues de contarle nuestros planes, Maxi se acerco a Atreyu que esa noche se encontraba en su banqueta, para pedirle que se sentara en nuestra mesa y nos ayudara. Atreyu lo hizo de buenisima gana. Se sentó, pidió una cerveza y exclamo: "Esta es la noche".

La noche pasó y a la mesa se uniría también Felipe Barillas, un salvadoreño que llevaba un rato dando la vuelta por el Brasil. En el momento de cerrar, Laura y Maxi recogieron las mesas en el exterior, cobraron las cuentas (a todos menos a nosotros), y cuando no quedaba nadie mas, nos pidieron que entraramos al restaurant para quedarnos: "solo en familia". Me levanté para introducirme en el lugar y adentro ya se encontraban Laura, Maxi y Felipe. Entre por delante de Brenda y Atreyu. Cuando ya habia tomado mi lugar en la mesa, noté que a mi izquierda, se sentó el chocolatero.


Brandon W.

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